Historia

 

Pinturas Lepanto

Pinturas Lepanto, anteriormente conocida como Productos Ruiz Alfaro, S.L., es una empresa familiar fundada en febrero de 1965 en Zaragoza por los hermanos Juan Antonio Ruiz Alfaro y Alfonso Ruiz Alfaro. Inicialmente, se dedicaban a la fabricación de pastas al temple y colas vegetales en la calle Batalla de Lepanto, de donde proviene el nombre de la compañía. En el desarrollo de la empresa, también ha sido decisiva la particiapación de José Ignacio Ruiz Alfaro.
 

Expansión:

En 1967 Alfonso se trasladó a Binéfar (Huesca) y Juan Antonio permaneció en Zaragoza, dividiendo así el mercado nacional entre ambos.

Conforme el negocio crecía, se adquierieron unos terrenos en la carretera de San Esteban y se levantó la primera de las naves que actualmente componen Pinturas Lepanto.

En los años 70, como parte de la visión de crecimiento, se construyó una fábrica en Ecuador, aunque posteriormente, en los años 80, se tomó la decisión de venderla, en línea con las estrategias de adaptación y enfoque en otros mercados. Esta decisión reflejaba la visión de los fundadores de buscar nuevas oportunidades y expandir el alcance de la empresa.

      

 

Innovación:

En 1977-1978, la empresa incursionó en la fabricación de pinturas plásticas. En 1982, con la incorporación de José Luis Llavori Bailarín, un técnico clave para el desarrollo de la empresa, y la contrucción de un reactor en Binéfar se impulsó el crecimiento de la compañía y fue posible ofrecer precios competitivos en pinturas plásticas.

Entre 1983 y 1984, se automatizó la producción de pinturas plásticas, lo que aumentó la cuota de mercado y atrajo a clientes en forma de grupos de compra.

En 1986, Cristina Ruiz Baró, representando a la segunda generación de la familia, se unió a la empresa. En 1987, Pinturas Lepanto adoptó la forma jurídica de sociedad anónima, pasando a llamarse Pinturas Lepanto S.A.
 

      

 

Crecimiento continuo:

En 1994, se llevó a cabo la primera fabricación de Imprimación Sintética Gris en la primera nave construida, lo que marcó el inicio de una nueva línea de negocio en productos al disolvente.

La segunda generación continuó incorporandose a la empresa. En 1995, Alfonso Ruiz Baró se sumó a Pinturas Lepanto, y en 1997, fue el turno de Natalia Ruiz Baró.

El éxito del negocio impulsó a Alfonso Ruiz Alfaro a adquirir terrenos adyacentes a la fábrica y construir la nave "número 8" entre 1995 y 1996, duplicando así la superficie de la empresa.


Innovación constante:

A finales de los años noventa, la empresa experimentó cambios significativos. Se contrataron nuevos comerciales y se comenzaron a lanzar productos nuevos anualmente, demostrando así la constante innovación de Pinturas Lepanto.

En 1999, se creó la primera máquina tintométrica Lepancolor, lo que permitió una mayor personalización y adaptabilidad a las necesidades de los clientes al ofrecer una amplia gama de colores al instante.

Hoy en día, Pinturas Lepanto es una empresa en constante expansión, comprometida con la sociedad y el medio ambiente, sin perder de vista sus raíces.

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